Quisiera tener el mar de confidente
para que fuera dócil a mis caprichos,
porque sé que tus ojos misteriosos viven
en las profundidades del mar.

Quisiera ser río, río generoso
para someterlo a mis imperiosos enfados,
porque el río al igual que tus ojos,
sueñan en silencio, y yo quisiera
penetrar en ellos como ladón
a la espera de que me dejes entrar.

Quizás la montaña sea más generosa,
menos extraña, más complaciente,
ella me permita que pueda
verme en tus ojos negros
como la profundidad del mar,
ojos con los que sueño.

Por debajo de los árboles,
no existe pena que inquiete mis pensamientos,
y por encima de ellos, la luna, el sol,
debajo de ellos el río, las piedras.

En mi solo existe tranquilidad y soledad,
nada me importa sino la comunión
de mis pensamientos,
con el bien y la gloria;
no quiero perderme en el mal,
deseo seguir siendo pura
en mis sentimientos.

Bajo el follaje vibrante y sombrío,
sueño con un hilo de oro de la luna
sobre el diáfano silencio,
el susurro del río y el lamento del viento
que siempre me acompaña en mi soledad.

Anhelo que mi amor sea como un águila
para salvar el cielo sin tener escala,
porque mi amor tiene dos alas
para volar contigo al azul infinito
porque todavía tengo juventud para los dos.

Pasión, cuando tu cuerpo se une al mío
y yo enfrente a ti saco mis ganas de amarrarme a el,
¿Piensa que puedo vacilar un instante en entregarme?
Instante de pasión, de ternura, de besos y caricias.

¿Cómo voy a llegar a ese encuentro,
con falsedades y reglas?
si solo con tu presencia me entrego
con absoluto deseo de exaltación,
de poseerte hasta el final.
Porque para mí eres una flor que no logra marchitarse,
así eres tú, llegas y yo te recibo
como una doncella que espera
a su príncipe de un cuento de hadas,
como si fuese su esclava,
dispuesta a complacerlo en todo.

Ya no tengo fuerza, se extraviaron
en el camino para buscarte, llevarte, desearte,
tomarte, acariciarte, besarte,
aunque solo sea en mi bendita imaginación,
aunque me tocas sin tocarme,
en poseerme sin hacerlo.

I

Cuando una mujer ama,
se abre el cielo,
cae polvo de estrellas
al vacío,
se encuentra la vida y la muerte
y un olor de rosas
se incrusta en la piel,
entre los cabello.

II

Cuando una mujer ama,
se sacude la tierra,
brota de sus profundidades
llamaradas de pasión,
que solo es apagada
cuando se olvida.

III

Cuando una mujer ama,
el alma renace de nuevo
crecen rosas entre las cenizas
y su piel toca la humedad
de la hierba mojada.

IV

Cuando una mujer ama,
nadie entiende,
busca amparo en otra vida,
la llama nunca se extingue.

V

Cuando una mujer ama,
se desprende de ella
un aroma de madreselvas,
sabor a besos recién cortados,
llena todos los rincones
de pasiones, dulzura,
encuentro, entrega.

VI

Cuando una mujer ama,
se detiene el universo,
no hay ruido, todo es calma,
solo se escucha el sonido
de su amor,
en ese momento siente…
que no existe nadie más que ella
en el mundo.
Cuando una mujer ama….

Hemos caminado con tanta prisa que ya no sabemos ni lo que estamos haciendo. Ahora tenemos que esperar a que nuestras almas nos alcancen para poder continuar.

He tenido unos días de muchas actividades debido a un proyecto en el que estoy trabajando: me sentía actuando como un piloto automático. Esto me hizo reflexionar acerca de la velocidad con la que vivimos cada día, tratando de ser más eficientes y productivos haciendo varias cosas a la vez, como si creyéramos que el tiempo pasa más rápido de lo que somos capaces de aprovecharlo; sin darnos cuenta de que exageramos al ocuparnos de tantos asuntos, hablando por el celular mientras manejamos, y además tratando de encontrar una dirección, pensando en que tenemos que recoger a nuestra hija del colegio e ir al banco.

Al final del día experimentamos una sensación de cansancio, de vacío y hasta un poco de frustración por no haber podido cumplir con las diez mil cosas que nos habíamos propuesto realizar, y que quedarán pendientes.

Cuando bajamos la velocidad, el mundo se convierte en un lugar más amable, las relaciones con los demás fluyen con más compresión y tolerancia, disfrutamos de lo que hacemos. Los problemas y el fracaso se convierten en parte del proceso para crecer y conseguir el éxito. Recordaremos que hay un tiempo para cada cosa y que lo mejor está aún por llegar.

En mis noches de desvelo
mis manos inquietas
se vuelven mariposas
y vuelan a tu encuentro,
en ese lejano país,
llegando hasta la ventana
de tu alcoba, donde estas
en apacible sueño,
me escondo entre tus sabanas
acaricio tu cuerpo
queriendo penetrar en tus poros
y mis labios buscan los tuyos
para aspirar el aroma
que emana de ellos
y robarte un beso.

Busco tu pasión,
pasión por la cual
hice este largo viaje,
hurgo tu piel, tus ojos,
tus labios, tus manos
buscando la explosión
de todo tu ser,
hasta que lo consigo
y los dos transpiramos
como un solo cuerpo.

Así como llegue tengo que partir,
porque mi sueño de amarte terminó
y vuelvo a despertar,
encontrándome sola,
ahora más sola que antes
pero todavía sintiendo en mi cuerpo
la pasión vivida,
a pesar de que solo ha sido un sueño,
solo mi sueño.

Gracias amigo por tu opinión, ya tengo dos libros de mis poemas, pero mi pensar es dejarlo a mi nieta que tiene los mismo gusto que yo cuando tenga que partir, un beso

Quiero gritar al viento lo que siento,
elevarme tan alto, más allá de las nubes
como las aves que remontan
su vuelo en busca de Dios.

Quiero que mi espíritu penetre
en las aguas del mar,
de ese mar para que ahogue mis penas,
que apague mi pasión.

Quiero llorar muy sola, sin que nadie me vea,
deambular sin rumbo fijo,
bajo una tenue lluvia,
que empape mis cabellos,
y extinga esta fogosidad que padezco.

Como quisiera que por un minuto,
solamente un minuto
estar en tus brazos para conocer la gloria
y poder escribir en mis versos cuanto te amo.

Desanudar el lazo que me esclaviza
a una remembranza,
retornar de nuevo en el tiempo,
ser lo que antes fui.
Y en un día cualquiera,
en un invierno o en un otoño
bajar mi humilde frente,
perdonarte y sucumbir.