Suena una música dulce
que es regalo musical
con cada nota va el beso
rebosante de lealtad
de amor callado y silente
alzándo la gran verdad
de las palabras que calla
y las notas hacen vibrar.
El músico enamorado
sabe como puede hablar
poniendo el alma en las notas
que su amor escuchará
sabiéndolas solo suyas
cada una guardará
como un preciado tesoro
que en su alma quedará
en el corazón guardado
y cuando quiera recordar
le sonaran nuevamente
y una lágrima quizá
resbalará silenciosa
la emoción no contendrá
la melodía amorosa
ya por siempre vivirá
agradecido homenaje
a ese su amor musical.

Dulce jardinera de un jardín dormido
cuidas de tus plantas con gracia y con mimo.
Preparas la tierra, podas el olivo
arrancas las malas hierbas del camino.
Recoges las hojas que alfombran el suelo
las ramas desnudas miran hacia el cielo.
Y trabajas duro un día tras otro
y mientras trabajas suspiras muy hondo.
Elevas canciones que el viento recoge
y reparte atento en todos los rincones.
Riegas con esmero, recoges las piedras
y parece el suelo un salón de tierra.
Con ternura cierta cuidas un rosal,
que allá por abril rosas te dará.
Y aquel que parece feo y retorcido
aquel que parece más muerto que vivo
es el más hermoso, es el más querido
Es el que regala la rosas más bellas
esas que arrebatan, esas que destellan
y el jardín lucen casi como estrellas.

Ese corazón todavía puede albergar muchísimo amor mi querida amiga.
Que tengas un hermoso fin de semana!!

Me gusta la noche con su silencio. Andar sin rumbo entre la maleza iluminada por la pálida luna. Sentir el rocío de la madrugada empapar mi rostro y pisar las hojas secas de los árboles desnudos. Cuando estoy cansado me apoyo sobre la corteza rugosa de uno de ellos. Me siento protegido y amado por la Naturaleza que me entorna. Estoy en un bosque que parece encantado y si presto atención oigo el susurro que hace la hierba al crecer. En todo hay poesía, en el aire que me acaricia y en los primeros destellos del día que empieza a nacer. Esta amaneciendo y los nevados picos de las altas montañas quieren besar a las estrellas antes de que se desvanezcan por la plenitud del día. Estrellas y montañas son eternos amantes que buscan la complicidad de la noche. Sigo andando entre la hierba húmeda y ya se oye el piar de algunos pájaros que saludan el amanecer. Son las primeras notas musicales de la diosa Naturaleza que todo lo abraza, el cielo, la tierra y hasta los corazones más duros. Amo la libertad, los pájaros, el viento y amo las altas cumbres que besan el firmamento.

La luna me guñó un ojo
cuando ya me iba a dormir
miesteriosa y picarona
¿ Qué me quería decir?
Quizá sabía los sueños
que durmiendo iba a vivir
o tan solo un gesto amable
para hacerme distinguir
que son muhos los que sueñan
aunque no puedan dormir.
Mi luna, fiel compañera
me vienes a visitar
cada noche con luz blanca
me envuelves de irrealidad
bañándome con tu plata
haces mis sueños volar
me traes alguna nostalgia
pero calmas mi ansiedad
me susurras al oído
aunque no puedas hablar
cantando bellas canciones
de amor y felicidad
me prestas tus alas blancas
para que pueda volar
por ese cielo que es tuyo
reina de la oscuridad
te acompañan las estrellas
que titilan sin cesar.

Me gusta los amaneceres cuando el sol, con cierta lentitud, abraza con su luz las campiñas y los montes. Necesito el aire fresco matutino que despeja la mente del que camina y que un soplo de agradable brisa bese mi frente meditativa. Mi andar se complace con el murmullo de un viejo riachuelo al que le cuento los miles de recuerdos que vagan en mi interior y, a veces por distraer el ocio de mi jornada, voy leyendo en este libro que llevo escrito en el alma.

No sé que tiene la noche
¿ Será la luna?
No sé que tiene la noche
que me fascina.
Será que amo el silencio
que me encamina
a ensueños imposibles
que se empecinan.
Como alazán cabalgan
en la retina
para emprender su trote
sin disciplina.
Oníricas presencias
se tornan rimas
sin prisas, sin urgencias
fluye la tinta
al dictado de musas
de voz tan fina
que tan solo el silencio
permite oirlas.
Los versos se derraman
son agua cantarina
uno a uno se desgran
y así germinan.
Mientras la blanca luna
su luz prodiga
complicidad callada
magia nocturna.