Un día, un sabio maestro confió a sus discípulos esta verdad: de joven era yo un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerza para cambiar el mundo”. A medida que fui haciéndome adulto, me dí cuenta que había pasado media vida sin haber logrado cambiar una sola persona. Entonces, transformé mi plegaria y comencé a decirle a Señor: “Oh Dios, dame la gracia de cambiar a cuantos entren en contacto conmigo, son eso me doy por satisfecho”.
Ahora que soy viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo torpe que he sido. Hoy en día, mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Y el maestro concluyó:
“ojalá hubiera orado así toda mi vida, dispuesto a empezar por mí mismo y no por los demás”.
El amor es duradero cuando la conciencia de las fallas propias y ajenas no nos ciega para ver lo bueno; el amor está vivo y firme en aquellas parejas que, creciendo en aceptación y madurez, aceptan serenamente lo que no se puede cambiar y se ayudan mutuamente a mejorar y a madurar con paciencia. Así, un amor iluminado por el respeto permite aceptar al otro sin emularlo y sin exigirle que deje de ser él mismo. “Sabes amar, si le das al ser amado un espacio de libertad, en lugar de celarlo o limitarlo con un egoísmo asfixiante, ser creativos en la intimidad sexual, orar unidos, cultivar los detalles afectuosos; viviendo en la comunión con los demás, lentamente podemos cambiar nosotros mismos.

Es un error creer que la felicidad es una vida sin problemas; es más bien una existencia en la que la fe y el amor convierten cada adversidad en una oportunidad. Así, con un marcado optimismo, las personas felices sacan bienes de los males y ven el sol detrás de las nubes. En este mundo hay seres tan inconformes y tan negativos que, si acaso entran al cielo, van a llegar poniendo condiciones, porque son seres que no se valoran y al estar descontentos consigo mismo, igual están insatisfechos con todo y con con todos. Ellos necesitan mejorar su autoestima, tener una buena imagen de sí mismos y mirar el lado amable de la vida. ¿Cómo lograrlo?: construyendo una “civilización del amor”, en donde la vida de las personas esté centrada, no en un individualismo egoísta, sino en el altruismo.
Los pasos a seguir son los siguientes:
AMARSE A SÍ MISMOS:- El amor a sí mismo, es la base del amor hacia los demás; sólo con una imagen positiva de nosotros mismos, podemos tener una buena imagen de los demás y de la vida misma. En efecto, SOMOS LO QUE CREEMOS SER. Autoestima signfica amarse a sí mismo y aceptarse con una conciencia clara de las cualidades que se puedan mejorar y de las fallas que se puedan corregir. De ahí que un defecto propio de aquellos que no se aman, viven comparándose con los demás y nace la envidia.

Sin embargo, desde esta tribuna, brindamos un apoyo decidido a aquellas personas que se dedican con amor y entusiasmo a cuidar y atender a los viejitos, ya que muy pocos saben lo que ello significa en abnegación y virtud ; no se imaginan lo que es proporcionar atenciones, satisfacer necesidades,resolver emergencias a esos seres, para quienes el reloy marca a cada instante un irremediable descenso hacia la muerte: alimentarlos adecuadamente, pese a sus quebrantos de salud inherentes a su edad avanzada, darles abrigo, suavizarles el melancólico aburrimiento, soportales sus impertinencias y chifladuras, siempre con una mirada amorosa que ilumina la nobleza de tan grande sacrificio y borra el impacto de todas las repugnancias.
Compartimos la devoción con los viejitos y ojalá su ejemplo moviera los aperezados sentimientos de humanidad de muchas gentes para respaldar y sostener estos hogares a donde las contingencias de la vida y el paso de los años nos podrán llevar algún día, ya no muy lejano, en busca de lo que la indiferencia y el egoismo no quieren apreciar, ni valorar.
Ya llegará el momento en que los jóvenes inicien el descenso inevitable, y se encuentren con la realidad que encierran las palabras de un viejo rey español del Medioveo: “Leña seca para quemar, caballo viejo para cabalgar, vino viejo para beber, amigos viejos para conversar y libros viejos para leer”. (del humorista santandereano, Norberto Serrano Gómez)

¿CÓMO SUPERAR LA MEDIOCRIDAD?:
Existen formas que ayudan a que una persona, con falta de madurez, pueda sentir la energía que da el sentirse positivos para responder eficazmente en su trabajo; veamos:
1.- LEA.- La información que se adquiere mediante la lectura, lo dinamiza, porque le brinda opciones.
2.- BUSQUE EN SU TRABAJO UN OBJETIVO QUE LO MOTIVE:- Si usted no sabe qué pretende con su trabajo, dificilmente le imprimirá vitalidad para hacerlo.
3.- CONÓZCASE MEJOR A SÍ MISMO:- Uno de los mejores remedios contra la mediocridad es el autoconocimiento, él le permitirá solucionar sus problemas interiores, para asumir su autenticidad.
La mediocridad no es una actitud definitiva del hombre, puede ser superada y salir de ella significa estar a un paso del éxito.
Suerte amigos.

El anciano es el que tiene mucha edad, pero viejo es quien perdió la juventud; tú eres anciano cuando todavía aprendes las cosas, pero eres viejo cuando ya no enseñas.
El anciano es una persona que se renueva cada día y siempre tiene los ojos puestos en el horizonte por donde despunta el sol y nos ilumina, en cambio el viejo, sólo tiene miopías hacia las sombras del pasado..
El anciano siempre lleva una vida activa,llena de proyectos y de esperanzas; en cambio el viejo arrastra sus horas y se siente destruído a todo momento.
Recuerda, amig@ que las arrugas del anciano son siempre más bonitas,porque fueron marcadas por la sonrisa, mientras que las del viejo han sido marcadas por la amargura.
La edad siempre causa la degeneración de las células, pero la vejez, la degeneración del espíritu.
Te recomiendo amig@ que vivas una vida como anciano, para que nunca te llamen viej@

…que existía este foro, y abrí uno en actualidad. Pero como este es más antiguo, me paso a él y dejo el otro.

Y quisiera decirte…que te extraño.