Mi muy querida amiga: Si este foro te ayuda en algo habré acertado en abrirlo por segunda vez, después de varios años de ausencia. Sabes que puedes contar conmigo sea por teléfono o por Email. Procura descansar. Un beso.

Te busco al amanecer, en el ocaso de cada día y oteando el horizonte veo una barca vacía. Tiempo hace que te fuiestes y no sé de tí, vida mía. Nuestras pisadas en la arena la mar se las llevó, ahora camino sólo recordando nuestro amor. Tristezas en el alma siento al encontrarme tan lejos de tí tesoro divino. A tí, te mando un te quiero.

Tu presencia querida amiga es el mejor regalo para mi. Un beso.

En aquel lejano ayer del año 1971 en el que pasé un tiempo en la selva, la Naturaleza me enseñó mucho más de lo que se aprende en los libros. Me encontré con un extraño silencio, pero si atentamente escuchaba oía el latir de mi propio corazón. Fue el mejor lugar para hallarme a mi mismo y descubrir mis posibilidades ignoradas. Cuando amanecía me despertaban las primeras luces mañaneras que poco a poco atravesaban la vegetación enmarañada y el murmullo de algún río era como una música celestial. Aprendí a olisquear el aire, entender el lenguaje de cualquier sonido y también a agudizar la vista. El sol me orientaba de día y de noche hacían lo propio las estrellas. Tenía todo el tiempo del mundo, pues éste era mio y el reloj no era necesario. Comía de la mano de la Naturaleza como raices, hojas, flores etc. y bebía el agua cristalina de algún río. Fue una experiencia inolvidable. Amo la Naturaleza y muy especialmente la selva de El Petén. Doy gracias al Ser por la oportunidad dada.

Muchas gracias querida catalana por tu atención y calidad humana. Un beso.

Gracias por tu aportación Gio-Anna. Estoy totalmente de acuerdo con tu escrito. Un beso.

Sepulcral amaneció la mañana y un intenso frío cortaba del caminante su faz. La niebla, de un espesor desmedido, parecía enviada por la Santa Compaña que acechaba mi andar detrás de la desnudez de los árboles. Éstos se apreciaban borrosos y el pedregoso camino que a ellos me acercaba parecía dibujado por Dante. De tanto en cuanto un silbante viento desgajaba las entrelazadas ramas de los sufridos árboles que llorosos eran desmembrados y las notas imparables del viento parecían surgir de las bocas del infierno. Sí, es una mañana fantasmal, pero espero que el dios sol su poder imponga y que el amanecer de mañana sea un amanecer mejor.