Qué trama mi Señor con tan enloquecedor silencio;
¿qué trama, mi Señor, es la que estás entretejiendo?
Tus modos son extraños, pero tan perfectos.
Esa eterna constumbre de tus sendas misteriosas,
pero impregnadas de Pascua; sí, de Pascua.
Liberáme del miedo de no ser yo quien lo haga
y decíme de nuevo que no tema, que no desvíe mi mirada,
sí, de tu mirada…
Dios de preguntas, Dios que liberas,
Dios de éxodos, Dios de Pascua, Dios de desiertos;
Dios que desafías, Dios inexplicable,
Dios que haces todo nuevo, Dios que está y siempre está;
Dios, sencillamente Dios…
Qué difícil se me hace ver
cuando al hilo contra hilo
no le encuentro su sentido.
Qué difícil se me hace creer,
pero sé que soy tu hijo
y que todo lo que haces, está bien.
Se trata de una antigua bendición irlandesa, de autor anónimo, aunque la tradición la atribuye al mismo San Patricio.
Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que siempre quieras vivir plenamente.
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos, pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron, pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca caiga el techo encima de ti y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte. Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño. Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y el cielo te acoja. Y que la fortuna de las colinas irlandesas te abrace.
Que las bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero. Que la buena suerte te persiga, y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que te consuelen aquellos a quienes amas, y que se colme tu corazón con todo lo que desees. Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad. Desde este día en adelante, que Dios te conceda muchos años de vida, seguro Él sabe que la tierra no tiene suficientes ángeles.
Esta respuesta fue modificada hace 7 años, 4 meses por Masalladeltiempo.
Se supone que cuando uno llega a una edad en su vida
tiene que haber equilibrío una cierta tranquilidad
se ha recorrido un largo camino.
Pero a veces sucede que uno lo va perdiendo todo,
hasta las amistades se alejan es como si resultaran
incómodas las personas que no tienen ni para comer,
que fuerte,sé por propía experiencía que esto puede
suceder y me da mucha pena,la dígnidad humana se ve muy
herida cuando pasamos estas circunstancías.
Deseo de todo corazón que los que tienen nunca les falte,
que los que no tienen reciban la ayuda y el respeto
en situaciones adversas,porque la vida dá muchas vueltas.