A la hora de salir de vacaciones, debemos enfrentarnos a un dilema, que más alla de ser económico se trata de una elección del estilo que queremos darle a nuestro merecido descanso. Yo vivo en la ciudad de Monterrey, capital de Nuevo León, en México. Y desde aquí tenemos siempre muchas opciones para elegir a la hora de irnos de vacaciones. México es enorme y tiene muchos climas, playa, montaña, ciudades grandes, pueblos mágicos, de todo. Incluso aquí mismo en Nuevo León vienen muchos a vacacionar o por negocios, pueden ver en esta página de anuncios clasificados la cantidad de inmuebles que están a disposición para renta temporaria.
Pero cuando se trata específicamente de vacaciones, no siempre es fácil elegir qué tipo de vivienda nos gustaría rentar. Todo depende del ánimo con el que estemos en esta época en particular, y de si queremos o no, dejar de lado totalmente las tareas cotidianas como cocinar o lavar ropa. Una vez ya decidimos a donde y cuando iremos, el paso siguiente es elegir el tipo de alojamiento, y entonces surge la pregunta: ¿Hotel o Cabaña?

Esta elección, como todo en la vida, depende de las opciones concretas que estemos barajando y hay una serie de puntos que deberemos observar. Existen hoteles y cabañas de diversas categorías, servicios y lujos. Trataremos de darte algunos tips para tener en cuenta a la hora de elegir uno u otro servicio de hospedaje.

Para empezar, debes tener en cuenta la cantidad de personas que vacacionarán juntas, probablemente si te vas solo o acompañado solamente por una persona, no sea para nada una buena idea el alojarte en una cabaña, dado que por un lado, el gasto puede ser excesivo, y por el otro, desaprovecharás un espacio que probablemente no necesites. En el caso de viajar en grupos más grandes se puede ver más seriamente el rentar una cabaña, pero ¡Cuidado!, también deberías tener en cuenta si viajas en familia o con amigos, de que el grado de intimidad que necesites sea el que la cabaña te ofrece. Si no te importa que los niños de la pareja que viajó con ustedes te despierten a gritos o aventándote su balón o juguetes, entonces no tendrás problema con este punto.

En un hotel puedes disfrutar de esa intimidad y también estar libre de realizar incómodas tareas como lavar ropa o cocinar, sin embargo también estarás probablemente atado a horarios de limpieza de las habitaciones, o de desayunos y almuerzos, dependiendo, claro está, del hotel en cuestión.

Lo positivo de una cabaña es que puedes disfrutar de una ambiente natural, generalmente en medio de la paz y el silencio, sin que nada ni nadie te imponga límites ni horarios salvo tú mismo/a. Puedes disponer de todas las instalaciones libremente, por si tienes ganas de cocinarte algo a las tres de la mañana, sin que suponga una molestia para nadie. Por supuesto que estas cosas que nombramos tan solo son algunas de las cuestiones que surgen de esta elección, en definitiva, lo importante es que vayas dode vayas, disfrutes tus vacaciones al máximo.

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