Fue ya hace muchos años. Dejé mi ciudad natal para trasladarme a otra localidad por cuestiones de trabajo. Pero acabó siendo más que eso. En realidad fue el inicio de mi vida adulta, independiente. Hubo ratos duros, pero ahora lo recuerdo con gran nostalgia y satisfacción.

Hay tantas ocasiones en las que me he dado de lo agradecido que tengo que estarle a la vida, que me cuesta elegir alguna concreta por encima de otras. Quizá me quede, ahora mismo y seguro que otro día cambia, con la primera vez que entré a trabajar con mi padre. Poder ayudarle en algo y que me considerara útil, fue maravilloso en aquel momento de mi vida.