Si, tienes razón, soy muy afortunada. Por es procuro disfrutar al máximo de esta oportunidad. Un abrazo, Gigi, y cuando quieras, te vienes por aquí y pasearemos juntas.

Y de esta forma continué con mi paseo. El agua mojaba mi cara; y el sol a mi derecha y el arco iris a mi izquierda eran mis acompañantes.
Todo un lujo. Tenía para mí solita la Naturaleza al completo, porque lo que no había dicho es que me fui a pasear a la orilla del mar, con el fondo verde de los montes rodeando la marisma.
Todo un lujo…. para empezar bien el día.

Nicol

En otoño los
árboles dan al viento
sus hojas muertas.

Olas de la mar
profunda voz del agua
espuma blanca

Nicol

El sol, rasante, ilumina el mar del mismo color rojizo que el cielo. Llega hasta mi el sonido del oleaje, y la brisa pone alas en mi ropa y en mi pelo.
Siento la luz, siento el mar, siento el aire…. Soy aire, soy agua, soy luz…
Ruedo sobre el mar en su eterno movimiento, en su chocar contra las rocas; me levanto en burbujas de espuma, para volver a caer y empezar de nuevo: chocar… alzarse… caer… empujada suavemente por el viento; iluminada por la cálida luz del atardecer….

Por la noche, y después de cenar, todos se fueron a la cama, como cada día.
Los tres hermanos dormían en una cama grande, todos juntos, pero aquella noche, la niña echó de menos a su hermanito pequeño, que siempre dormía junto a ella, y que hoy lo habían puesto otra vez en la vieja cuna que había en la habitación de sus padres.
Como cada noche, rezó sus oraciones al Ángel de la Guarda y al niño Jesús, como le había enseñado su abuela, y pidió como siempre por toda su familia, y en especial por sus padres y hermanos, pero hoy añadió además una petición especial por su hermanito pequeño, y rogó que nunca más se le olvidara vigilar a sus hermanos, aunque ella estuviese jugando.
A media noche, algo la despertó. Había en la habitación, como una claridad, como si hubiese amanecido, pero miró hacia la ventana y todavía era de noche. Entonces, hacia los pies de la cama, vió una figura blanca, con un halo de luz alrededor, y unas facciones bellísimas. Se quedó muy callada y quieta, mirando como se le acercaba lentamente, y posaba una mano sobre su frente.
____No tengas miedo! Sintió que le decía, pero no oyó ninguna voz. Yo siempre estaré cuidando de vosotros/as. No importa dónde estéis ni lo que hagáis, siempre que necesites ayuda, pídemela, y yo vendré a ayudaros.
La pequeña, no sabía que decir, se sentía bien, como si una profunda paz y una alegría inmensa se apoderase de ella.
continua……

Aquel día había sido muy intenso. Despué de madrugar para ir a la escuela, por la tarde, al llegar a casa, su madre le había dicho que se encargara de sus hermanos pequeños. Ella también era pequeña, pero siendo la mayor de los tres, cuando salían a jugar, tenía que tener cuidado de que los niños no se hiciesen daño, sobre todo el pequeño, que era bastante travieso.
En su pueblo, casi todas las niñas mayores, salían a la calle con sus hermano/as pequeño/as, y ya estaba acostumbrada a cargarlo en la cadera, mientras jugaba al tejo, o saltaba a la comba, no era la única. Algún niño mayor, también tenía que cuidar a sus hermanito/as más chicos, pero eran los menos y siempre se las ingeniaban para que cualquiera de la niñas se hiciesen cargo de ello/as mientras jugaban a las canicas con los demás o al salto del burro.
Pero aquel día algo diferente ocurrió. En uno de los momentos que dejó a su hermano pequeño en el suelo, éste aprovechó para echar a correr calle abajo. Para cuando se quiso dar cuenta, el niño ya algo lejos, y no pudo alcanzarlo. La calle terminaba en una carretera, no demasiado concurrida, pero por la que de vez en cuando pasaba alguna carreta, o los animales de vuelta al corral.
continua…..

Beira, bienvenida. Tod@s l@s que quieran contar algo, pueden participar aquí. Con nuestras propias palabras, podemos inventar o contar cualquier vivencia. Un beso

Su papá la acercó a la cara de su mamá y le dijo que le diera un beso en la frente.
Ella lo hizo, pero no se sintió bien. Estaba fría, y nunca recordaba que la piel de su mamá estuviese tan fría. No le gustó la sensación.
Y después, al dejarla en el suelo, volvió a salir a la calle. Arriba, abajo; abajo arriba. ¡Qué sola estaba! Pensaba.
Vino un coche grande y negro, y sacaron la caja de la casa y la metieron en el coche. Y ahora la caja estaba tapada. Y dentro estaba su mamá. Pero ¿a dónde la llevaban? Ella no quería que se llevasen a su mamá a ninguna parte. Ella quería estar con su mamá. Y quiso subir al coche, detrás de la caja, y empezó a llorar, y no quería quedarse sola. Pero no la dejaron subir. Y alguien la cogió en brazos, y empezó a murmurar:
___¡Pobrecita niña, tan pequeña! Y su madre, tan joven y dejando tres niños, ¡qué va a ser de ellos!
Y el coche se marchó. Y desde entonces la niña está sola. Nunca más volvió a ver a su mamá. Y cada vez que preguntaba por ella, siempre le decían que estaba en el cielo. Pero el cielo estaba muy alto, y se podía caer. Y ella siempre miraba para arriba, por si la veía, para decirle que bajara, que bajara con ella, que se iba a caer y hacerse daño. Pero nunca la vio para decirle que volviese.
Ya, cuando fue más mayor, supo que su madre se había muerto cuando ella tenía cuatro años.

Nicol